Dulce bellum inexpertis.

Dulce es la guerra para quienes no la han vivido.

La vida entera desde el inicio de los tiempos se ha basado en suposiciones, desde ámbitos religiosos y morales, donde se vive suponiendo quién es el más fuerte, quién sabe más, quién tuvo la culpa de la guerra y quién podría ganarla. En este escrito se va a tantear un poco el terreno de lo que sería una tercera guerra mundial, basándose en su posible causa, un suceso trascendental que la iniciara o motivara y el catastrófico final, la consecuencia de una guerra sin precedentes.

No se irá muy lejos al suponer que una causa de una tercera guerra mundial podría ser algo tan sencillo como que Donald Trump sea elegido como presidente de Estados Unidos ejerciendo un mal gobierno, detonando así un tercer conflicto armado. El hecho de que Trump llegue a tener poder sobre un país potencia como Estados Unidos, sería igual o peor que darle un libro de historia a un niño de 4 años; haría lo que quisiera con él, menos leerlo. Donald Trump es una persona que no mide sus palabras y que discrimina a todo un pueblo según su nacionalidad, en este caso: los latinoamericanos.

Para los latinoamericanos ya el simple hecho de su candidatura es algo alarmante, gran porcentaje de personas se han ido en busca de trabajo a Estados Unidos y muchas de estas no  han ido de la forma más “legal”, todas estas personas e incluso las que sí han ido de manera honrada, serían deportadas si el presidente lo desea, obligadas a ir al lugar del que provienen.

Además, Trump no es solo una persona que justifique la discriminación a un pueblo; si no mide sus palabras para referirse a los latinoamericanos, ¿Qué lo detendría a hacer un discurso ofensivo hacia un país potencia?, tomemos como referencia a Rusia y Corea, un discurso maldicho por Trump hacia un país como Rusia o Corea, sería una bomba de tiempo de pronto estallaría, porque es seguro que por más alianza que el trate de hacer con Rusia, un comentario ofensivo puede acabar con todo lo que Obama hizo en su presidencia, ya no serviría ninguna disculpa hecha hacia Japón, todo se echaría a perder.

Todo lo demás serian añadiduras, países enfurecidos y resentidos por la falta de respeto de un hombre que representa a una nación y resentimientos guardados serían suficientes para que una nación cualquiera desatara el suceso de esta guerra.

Un posible suceso que desatara la tercera guerra mundial seria un bombardeo de estados unidos hacia la plaza roja en Rusia o en mayor medida al monumento del martillo, el pincel y la hoz en Corea del Norte. Este  simple “error” por parte de las tropas estadounidenses sería nefasto.

Rusia pudo salir de la segunda guerra mundial básicamente solo, por lo cual, no veo el motivo por el que no lo pudiera hacer en caso de una tercera, sobre todo si lo ponemos en una circunstancia en la que se le vea a él como la víctima al estados unidos destruir uno de los monumentos más hermosos a nivel mundial, como lo es la plaza roja. Este monumento tiene una importancia histórica bastante significativa para los rusos, y el hecho de que estados unidos lo bombardeara sería nefasto, no sería como el bombardeo hecho en Hiroshima y Nagasaki, Rusia actuaria de inmediato tomando fuertes represarías, desatando así un conflicto armado contra estados unidos, pero Rusia no estaría solo, buscaría aliados, al igual que lo haría estados unidos, provocando una guerra interminable en la que quien sabe si en 60 años un “Obama” pida disculpas y sean bien recibidas.

Ahora, si se habla de Corea como la víctima con esto del bombardeo a uno de sus grandes monumentos,  en definitiva voltearía todo y mostraría quienes son los coreanos, y que con ellos no van a jugar como lo han hecho antes; si el tratado de armisticio no funciono antes, ya nada pararía a los coreanos en busca de su perceptible venganza.

El monumento del martillo, el pincel y la hoz (de Corea del Norte), es uno de sus monumentos más importantes y valorados, donde la hoz representa a los campesinos, el martillo a los trabajadores urbanos y el pincel representa a los intelectuales. Los 3 juntos avanzan juntos en el triunfo del socialismo.

¿Qué dejaría todo esto? Nada, no dejaría nada, nada puro u honesto, solo quedaría un mundo más dividido que el que encontramos al llegar a este, aunque por otra parte, por fin acabaríamos con el mayor problema del planeta, acabaríamos con la mayor de las plagas: el ser humano.

En cuanto a la gran pregunta de cómo afectaría esta susodicha guerra a Colombia, es simple, la política de Colombia se ha caracterizado, a lo largo de su historia, por un predominante bipartidismo; siendo de los pocos países donde el Partido Liberal y el Partido Conservador, sobrevivieron como grupos hegemónicos hasta el siglo XX y con vigencia aun en el siglo XXI, en cuanto a esto se pueden distinguir de otros países latinoamericanos. Además, Colombia es un país que se caracteriza por que sus luchas son “cuerpo a cuerpo”, no es una país que se haga valer de sus carro tanques o aviónes, es más bien una lucha cara a cara en la que podría contribuir en una guerra que fuera así, sin embargo, si es una guerra de tecnología Colombia quedaría desprotegida, dependeremos del líder de Estados Unidos, el cual, desprecia a los latinoamericanos. Colombia siempre ha tenido el problema de la emigración, y con lo que sería la presidencia de Trump, todo se vendría abajo, mostrando una vez más, la sociedad materialista y consumista que siempre han maquillado.

Los ricos se harían más ricos, y los pobres más pobres, y con esto que los ricos sigan en la cima de la “cadena alimenticia” gracias al trabajo y sacrificio de los pobres, de la lucha de una guerra interminable. Si ya existe una marcada desigualdad social, fruto de la injusticia, la falta de equidad, marginaciones y discriminaciones, básicamente con esta nueva guerra se nos acabaría la poca humanidad que nos quedo luego de la segunda. La política mundial seguiría siendo un enorme juego de ajedrez, donde entre todos hacen trampa, acabando con el juego del otro y el       suyo.

En conclusión, se va ha perder aún más la “dignidad” de la guerra, que alguien se rinda frente a otro no quiere decir que ya tiene su permiso para matarlo, es eso, rendirse, asumir su culpa y estar dispuesto a entregar el arma, con esta guerra, puedo deducir que se acabaría la “dignidad” de la guerra, el ser humano, sin importar su nacionalidad, dejaría de tener humanidad, toda esperanza la callarían las armas, acabaríamos con lo que con tanto esfuerzo ha sido construido, pero después de todo siempre va a ser más fácil lastimar que hablar y destruir que crear.

Referencias

 

 

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